La Matanza de hace 1500 años en Sandby Borg (en la costa de la isla de Öland- Suecia) – Info

Cráneo encontrado en la zona           El asalto a Sandby Borg pudo haber provocado las posteriores luchas de poder en la isla, en un momento en que el mapa político y las estructuras de poder se estaban reescribiendo en todo el continente europeo. Importantes bienes comerciales fueron destruidos o abandonados en el sitio, lo que plantea como escenario posible que los atacantes únicamente pretendían establecerse como la nueva élite dominante», han explicado los arqueólogos del Kalmar County Museum.

El caso de Sandby Borg no era una excepción en la zona. De hecho, toda la isla de Öland estaba llena de fortificaciones en las que había múltiples riquezas. Unas 15, al parecer. Aunque únicamente esta sufrió un final tan trágico. Todo ello, eso sí, después de que el Imperio romano de Occidente colapsara y comenzara un combate a muerte entre las tribus locales por la soberanía local.

Atendiendo a los restos descubiertos, los arqueólogos creen probable que los asaltantes accedieran por la noche hasta la aldea o, en su defecto, alguien les abriera las puertas desde el interior. Más allá de elucubraciones, cuando accedieron se desató el caos.

Los guerreros, ávidos de sangre, persiguieron a los asustados ciudadanos por todo el pueblo y les fueron asesinando uno a uno. Así, se dieron muertes más que crueles como la de un anciano al que le aplastaron el cráneo y cuyo cuerpo se quemó tras caer al mismo fuego que le estaba sirviendo para calentarse. Tampoco fue nada desdeñable el fallecimiento de un dolescente que, mientras huía, tropezó con un cuerpo que había tirado en el suelo. Un error que hizo que su enemigo le atrapase y le diese muerto allí mismo.

En palabras de los expertos, los guerreros perpetraron incluso algunas barbaridades como meter los dientes de una oveja en el cráneo de uno de los fallecidos. Un acto que, según Papmehl-Dufay, fue un insulto final opuesto a las antiguas creencias de que, colocando una moneda u otro objeto de valor en la cara de los fallecidos, estos podían pagar su paso al otro mundo. Esto, por el contrario, fue una crueldad para evitar que aquella persona descansara en paz.

Después del ataque nadie sepultó a los muertos. Los guerreros se limitaron a saquear las posesiones de los caídos y a llevarse su valiosísimo ganado. Los fallecidos (nueve en una única casa) se pudrieron allí donde cayeron, tumbados sobre el suelo hasta que se pudrieron y los tejados de las viejas viviendas cayeron sobre ellos.

En palabras de los expertos, aunque no se escribió nada sobre este triste suceso, a día de hoy todavía quedan vestigios que lo recuerdan. Desde restos de monedas de oro romanas hasta joyas pasando por adornos para el pelo o pequeñas piezas de bisutería. De hecho, los arqueólogos han hallado incluso lo poco que queda de sus últimas comidas y hasta un arenque junto al fuego. Sin embargo, el mayor resto excavado son tres viviendas y 26 cuerpos.

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